Revista Puerta de Embarque

La joya en alza del océano Índico

By on enero 22, 2020

Exotismo, civilizaciones perdidas, fauna salvaje, naturaleza virgen o templos milenarios son algunos de los tesoros que esconde la isla de Sri Lanka. Un destino rico y diverso que ofrece paisajes inolvidables y atesora ciudades ocultas en la selva.
Tanto los viajeros que buscan lujo y relax y los amantes de lo indómito como los más aventureros, se van a rendir a este tesoro asiático. Más de la mitad del territorio de Sri Lanka está recubierto de verde, con frondosos bosques, montañas, lagunas cristalinas, cascadas y ríos. Sus veinte Parques Nacionales, más de quinientas especies de aves y decenas de miles de tipos de plantas convierten a esta isla en un refugio de inmensa diversidad biológica.

LAS CIUDADES
Con tres milenios de historia, Sri Lanka alberga algunas de las ciudades más antiguas del mundo, como Anuradhapura -uno de los destinos sagrados para los budistas- Polonnaruwa y Digamadulla. Muchos de sus pueblos, palacios, templos y monasterios permanecen semiocultos tras la espesura selvática. Entre las urbes contemporáneas Colombo es la ciudad más importante y el lugar donde aterrizan casi todos los vuelos internacionales. Merece la pena visitar su centro colonial.

SUS PLAYAS
Las costas de aguas turquesas y arena blanca son uno de los principales atractivos. Además, Sri Lanka es un destino ideal para bucear. Algunos de los enclaves marinos más destacados son la paradisíaca Triconmalee; para surfear hay que elegir Arugam Bay o Weligama Bay. En Hikkaduwa se pueden avistar tortugas y en Unawatuna se puede contemplar hasta una pagoda japonesa.

SANTUARIO DE ELEFANTES
Aquí habita una de las mayores poblaciones de elefantes del planeta. No hay que perderse los míticos orfanatos como Pinnawala, donde el visitante puede dar el biberón a las crías. ¡Una experiencia inolvidable para los amantes de estos gigantes nobles e inteligentes! Entre los parques naturales dos de los más recomendables son Minneriya y Uda Walawe. Imperdible el Yala National Park; además de elefantes en sus tierras se pueden contemplar numerosos leopardos.

Una gastronomía muy sabrosa

Además de disfrutar del mítico té de Ceilán, hay que probar una cocina que fusiona los sabores tropicales con una gran variedad de salsas picantes. Algunos platos tradicionales imprescindibles son el curry de calabaza, la berenjena frita picante con verduras o el fish ambul thiyal, un pescado marinado servido en hojas de plátano. El kadawi, gambas salteadas picantes en hoja de plátano, está delicioso. El plato nacional es el kottu, elaborado con varias capas de pan chapati (pan plano indio) con carne, verduras y huevo.

La ruta en tren más bonita del mundo

Un viaje a Sri Lanka está incompleto si no se disfruta de la que muchos consideran una de las travesías sobre raíles más hermosas que existen. Se trata de la ruta que une Kandy con el pueblo de Ella, frecuentada tanto por extranjeros como por lugareños. Panorámicas sobrecogedoras, explosión de colores y unas vistas que asombran a los ojos del viajero. Durante el trayecto se van sucediendo plantaciones de té, verdes valles, parajes envueltos en la niebla, multitud de cascadas y pueblos típicos mientras los vagones ascienden hacia las Tierras Altas.

Alojarse en un paraíso

Recientemente Relais&Châteaux ha inaugurado Wild Coast Tented Lodge, un hotel boutique de lujo con tiendas ubicadas entre la selva y el océano Índico (todas las suites cuentan con vistas al mar). ¿Un plus? Su arquitectura orgánica se mimetiza con el paisaje e imita la pata de un leopardo. El entorno salvaje se fusiona con el exquisito mobiliario de estilo colonial, las camas con dosel, los materiales y maderas nobles o las preciosas bañeras de cobre. Uno de esos sitios de los que nunca quieres partir.

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